Hazle un favor a tu gata y haz que la castren. Definitivamente ayudará a evitar que se sienta tan nerviosa y nerviosa. ¿Era salvaje? Eso podría contribuir al miedo, como lo haría el abandono. Si un humano abusó de ella o la golpeó, o incluso la hirió accidentalmente cuando estaba de pie, esto podría causar su reacción también. Incluso hay informes que muestran que si un gato ve a un humano abusando de otro animal, reaccionaría con miedo ante cualquiera que se parezca al humano abusador, incluso si no es la misma persona.
Sacar el pelo y arquear la espalda es lo que hacen los gatos cuando se enfrentan, quieren parecer más grandes ante un enemigo potencial. Esta es una reacción basada en el miedo, pero también es una reacción de dominio. Si fuera totalmente miedo el gato huiría.
Su postura puede hacerla pensar que usted la está confrontando y que es dominante. Ella huye, y silba a veces, haciéndole saber su disgusto por el hecho de que usted se está colocando repentinamente en una posición de dominio.
Le sugeriría que empiece a trabajar con su gato para que se acostumbre a usted en una posición de pie.
La siguiente serie de pasos debe hacerse minuciosamente despacio y con gran paciencia. Debe ser consistente y debe hacer esto diariamente. Empiece a los cinco minutos y amplíese a medida que avance. El tiempo diario con su gato es tiempo bien empleado. Tener una percha vertical, con diferentes niveles para que se siente, puede ser útil durante todo el proceso, con el objetivo de que eventualmente ella la suba y esté a su lado cuando usted se ponga de pie.
Primer paso: Comience por acostarse en el suelo con ella. Lentamente llegue a una posición sentada en el suelo. El objetivo es conseguir que ella se siente en tu regazo. Tus movimientos deben ser lentos y suaves, y si al principio ella se escapa, háblale con una voz tranquila mientras te sientas. No la obligues a venir a ti. Usa golosinas para que se acerque a ti.
Usa juguetes también, una bolsa de papel, o juega al juego de “debajo”. Si es demasiado y es demasiado tímida para eso, sólo siéntese en el suelo hasta que llegue al punto de poder acercarse a usted y ponerse en su regazo y/o frotarlo por todas partes. Si tienes una percha de varios niveles, conseguir que esté al mismo nivel que tú sería de gran ayuda. Esto podría llevar unas semanas, pero podría ser más rápido, pero hazlo diariamente hasta que se acostumbre a que te sientes en el suelo.
El segundo paso sería pasar de estar tumbado a estar sentado a arrodillarse. Esto podría ser mortal en las rodillas, pero mira si puedes usar una almohada. Sería lo mismo, llevarla pacientemente al punto de estar contigo. Usa una voz calmada, golosinas, juega - lo que sea para que no se escape - pero juega contigo.
El tercer paso sería sentarse - no en una silla - sino en un reposapiés o algo así - de nuevo, haciendo que tu gato se acostumbre lentamente a ti en esta posición.
Como puedes ver, cada paso lentamente te hace más alto y más grande pero no amenazante.
El cuarto paso es el último, y este sería estar de pie. Puedes jugar con ella mientras estás de pie con los juguetes adecuados, y con una percha multinivel podrías animarla a estar contigo en cada nivel.
Ten en cuenta que la paciencia, tomarse el tiempo que necesite, una voz calmada y no apresurarse o forzarla será la clave para que aprenda que no eres una amenaza. De lo contrario, puede que siempre viva con miedo.
Además, hacer tiempo para estar con su gato le dará la oportunidad de crear una gran relación entre los dos, lo cual, en mi opinión, no tiene precio.